lunes, 5 de enero de 2009

Quisiera poner de moda,

beber café cortado
a la hora justa cuando la tarde
empieza a despedirse
con la luz del crepúsculo

no preguntés
por qué

me gustaría nada más
que cada quien
eligiera un alguien
para conversar

sobre la vida, sus pasiones, los desamores
las esperanzas, lo que nos pica o no, el noticiero
y el obituario infelíz
que ahora
suele hacer compañía
a las noticias.

No sé, me parece
que necesitamos conversar más
sobre quiénes somos

escarbar dentro y presentarnos cada día
con nuestros descubrimientos oportunos

quizá poquito a poco
nos reconozcamos
mutuamente

como en la imagen
de un espejo.

Se me ocurre que un café cortado
puede ser una deliciosa invitación
a esta subversión íntima.

Lucía Morán

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